lunes, 14 de octubre de 2013

Carta de Jose de San Martin a Juan Manuel de Rosas, noviembre de 1848



Boulogne-sur-Mer, 2 de noviembre de 1848.

Excmo. Sr. Capitán general D, Juan Manuel de Rosas.

Mi respetable general y amigo:

A pesar de la distancia que me separa de nuestra patria, usted me hará la justicia de creer que sus triunfos son un gran consuelo a mi achacosa vejez.
Así es que he tenido una verdadera satisfacción al saber el levantamiento del injusto bloqueo con que nos hostilizaban las dos primeras naciones de Europa; esta satisfacción es tanto más completa cuanto el honor del país, no ha tenido nada que sufrir, y por el contrario presenta atodos los nuevos Estados Americanos, un modelo que seguir y más cuando éste está apoyado en la justicia. No vaya usted a creer por lo que dejo expuesto, el que jamás he dudado que nuestra patria tuviese que avergonzarse de ninguna concesión humillante presidiendo usted a sus destinos; por el contrario, más bien he creído no tirase usted demasiado la cuerda de las negociaciones seguidas cuando se trataba del honor nacional. Esta opinión demostrará a usted, mi apreciable general, que al escribirle, lo hago con la franqueza de mi carácter y la que merece el que yo he formado del de usted. Por tales acontecimientos reciba usted y nuestra patria mis más sinceras enhorabuenas.
Para evitar el que mi familia volviese apresenciar las trágicas escenas que desde la revolución de febrero se han sucedido en París, resolví transportarla a este punto, y esperar en él, no el término de una revolución cuyas consecuencias y duración no hay precisión humana capaz de calcular sus resultados, no sólo en Francia, sino en el resto de la Europa; en su consecuencia, mi resolución es el de ver si el gobierno que va a establecerse según la nueva constitución de este país ofrece algunas garantías de orden para regresar a mi retiro campestre, y en el caso contrario, es decir, el de una guerra civil (que es lo más probable), pasar a Inglaterra, y desde este punto tomar un partido definitivo.
En cuanto a la situación de este viejo continente, es menester no hacerse la menor ilusión: la verdadera contienda que divide a su población es puramente social; en una palabra, la del que nada tiene, tratar de despojar al que le posee; calcule lo que arroja de sí un tal principio, infiltrado en la gran masa del bajo pueblo, por las predicaciones diarias de los clubs y la lectura de miles de panfletos; si a estas ideas se agrega la miseria espantosa de millones de proletarios, agravada en el día con la paralización de la industria, el retiro de los capitales en vista de un porvenir incierto, la probabilidad de una guerra civil por el choque de las ideas y partidos, y, en conclusión, la de una bancarrota nacional visto el déficit de cerca de 400 millones en este año, y otros tantos en el entrante: éste es el verdadero estado de la Francia y casi del resto de la Europa, con la excepción de Inglaterra, Rusia y Suecia, que hasta el día siguen manteniendo su orden interior.
Un millar de agradecimientos, mi apreciable general, por la honrosa memoria que hace usted de este viejo patriota en su mensaje último a la
Legislatura de la provincia; mi filosofía no llega al grado de ser indiferente a la aprobación de mi conducta por los hombres de bien.
Esta es la última carta que será escrita de mi mano; atacado después de tres años de cataratas, en el día apenas puedo ver lo que escribo, y lo hago con indecible trabajo; me resta la esperanza de recuperar mi vista en el próximo verano en que pienso hacerme hacer la operación á los ojos.
Si los resultados no corresponden a mis esperanzas, aun me resta el cuerpo de reserva, la resignación y los cuidados y esmeros de mi familia.
Que goce usted la mejor salud, que el acierto presida en todo lo que emprenda, son los votos de este su apasionado amigo y compatriota.

José de San Martín.

Bloqueo anglo-francés. 1845-1850



El Bloqueo anglo-francés al Río de la Plata —también conocido como la Guerra del Paraná— tuvo lugar entre el 2 de agosto de 1845 y el 31 de agosto de 1850. Durante el mismo, las escuadras británica y francesa cerraron al comercio todos los puertos de la Confederación Argentina y los de la República Oriental del Uruguay, con excepción del de Montevideo.


El bloqueo por las fuerzas anglo-francesas fue justificado por las mismas por la participación del ejército argentino, dependiente del gobernador de la Provincia de Buenos Aires, Juan Manuel de Rosas, en la Guerra Grande en Uruguay. Según las fuerzas interventoras, ésta era un ataque directo a la independencia de ese país, estaba acompañada de crueldades injustificadas y perjudicaba los intereses comerciales de Francia y Reino Unido en la cuenca del Río de la Plata.
En la práctica, importaba mucho más a las potencias agresoras obligar a la Argentina y al Uruguay a reconocer a sus ríos interiores como no sujetos a su soberanía y comerciar libremente a través de estos ríos.
La acción militar anglo-francesa no obtuvo la ansiada rendición de Rosas, aunque logró sostener al gobierno de Montevideo durante seis años. Finalmente, la intervención fue levantada por medio del Tratado Arana-Southern y el Tratado Arana-Lepredour.

El bloqueo francés de 1838



El 28 de marzo de 1838 se inició el bloqueo francés contra la Confederación, anunciado por el almirante Leblanc, jefe de la escuadra invasora.
Derrotado Napoleón en 1815, las naciones triunfadoras, encabezadas por Inglaterra, con la Santa Alianza hegemonizaron esas décadas. Ello no quiere decir que Francia hubiera desaparecido de la disputa mundial, por el contrario, se apoderó por la fuerza de Argelia, Costa de Marfil, Guinea, Camboya, Somalia, Túnez, Sudan, Congo,  Indochina, Vietnam, Siria, Líbano, etc. Y había hecho una fuerte base de operaciones en Montevideo.
Los franceses anunciaron el bloqueo  como parte de esta política de disputa y anexión, declarando la intención de “infligir a la invencible Buenos Aires, un castigo ejemplar que será una lección saludable para los estados americanos”, (carta del cónsul Roger al gobierno de París, del 4 de abril de 1838).
Contaban con el apoyo de la mayoría de los exiliados argentinos en Montevideo, y el bloqueo se proponía el sometimiento económico, mientras la acción armada quedaría a cargo del ejército que comandaría Lavalle. Con el bloqueo francés, las contradicciones cambiaron, y si bien la mayoría de los exilados tenían esperanzas en que Francia los liberaría de lo que ellos llamaban la tiranía, un grupo de exilados que habían sido jefes de la guerra de la independencia, bajo las órdenes del San Martín, regresaron del exterior y se pusieron a las órdenes de Rosas. Es el caso de los generales Soler, Lamadrid, y Espinosa, que en el exilio en Montevideo supieron ver el peligro de la invasión europea.
Hasta ese momento, San Martín y Rosas no habían tenido contacto directo, solo a través del general Guido, que era ministro de Rosas. Producido el bloqueo, San Martín escribe a Rosas el 5 de agosto de 1838, poniéndose a sus órdenes para combatir, en el puesto que le designen.
Esta carta tiene una enorme importancia política, porque explica que su deseo de no mezclarse en las guerras civiles de 1829, es totalmente distinto frente al peligro extranjero que se desató con el bloqueo.
El 10 de julio de 1839 en otra carta, indignado por la colaboración de Francia a los ejércitos de los exiliados montevideanos, escribió: “Lo que no puedo concebir, es que existan americanos que por un espíritu de partido, se unan al extranjero para humillar a su patria”. Finalmente el bloqueo y la invasión militar fracasaron, y reaparecerían en 1848 de la mano de Inglaterra y Francia en forma conjunta

¿Cómo era la vida de los chicos en la Antigua Grecia?

Igual que ahora, los chicos de la antigüedad, distribuían su tiempo entre los juegos y el estudio, los más afortunados, y entre los pocos juegos y mucho trabajo, los menos afortunados. Pero en aquella época la infancia era más corta. Un chico de trece años era considerado un adulto y podía estar en condiciones de casarse, aunque esto no era lo más habitual.
El padre decide
En Grecia, cuando las mamás daban a luz, le presentaban el bebé al padre. Si éste consideraba que era débil o enfermo podía rechazarlo. Estos chicos, en la mayoría de las ciudades griegas, eran abandonados en lugares especiales adonde acudían otros padres para adoptarlos. Si no tenían suerte eran vendidos como esclavos. En Esparta, en cambio, estos niños eran eliminados. Los arrojaban desde lo alto del monte Taigeto.
Los primeros días
En Grecia era fácil darse cuenta cuando en una casa nacía un bebé: los padres adornaban la puerta con guirnaldas de olivo si era un varón o adornos de lana si era una nena. La familia ofrecía una gran fiesta y sacrificios a los dioses.

¿A qué jugaban?
Los chicos griegos se divertían con muchos juegos y juguetes que aún se siguen usando, como las muñecas, el yo-yó y el trompo. Los juguetes estaban hechos de madera, tela o arcilla. Pero a los trece años se acababa la diversión: tenían que depositar sus juguetes en el templo de Apolo y prepararse para la vida adulta.
¿Barbies de arcilla?
Las muñecas griegas estaban hechas de terracota, un tipo de arcilla. Eran muy coloridas y tenían articulaciones en los brazos y las piernas.
La escuela
No todos los chicos griegos podían acceder a la educación, pero con los avances democráticos, a partir del siglo V, se tornó un poco más popular. Las familias griegas le daban mucha importancia a la educación tanto intelectual como física. Los más ricos mandaban a sus hijos a la escuela acompañados por un esclavo para que lo controlara y lo ayudara en sus tareas.
¿Cómo eran los cuadernos?
Eran tabletas de cera sobre las que se escribía utilizando un punzón. Acabada la tarea, la cera se alisaba y se podía volver a usar.
¿Cómo era la "educación espartana"?
En Esparta los chicos tenían una infancia más corta todavía. A los siete años eran enviados a los campos de entrenamiento militar. Allí se les daba una instrucción muy severa y poca comida. Las niñas vivían en sus casas pero también recibían un fuerte entrenamiento físico.

Fuente:  http://www.elhistoriador.com.ar/aula/antigua/chicos_en_grecia.php

La cultura micénica


Entre el 1600 a. C. y el 1150 a. C. se desarrolló en Grecia la cultura llamada micénica, que obtuvo esa denominación por ser la ciudad de Micenas el primer sitio arqueológico en el que se encontraron elementos de esta cultura. Fue la época de la guerra de Troya y de los primeros héroes griegos.
¿Cómo era su organización social?
La clase dominante estaba compuesta por los llamados áristoi  =  los mejores. El gobierno era de tipo aristocrático (gobierno de los mejores). Eran épocas violentas, de constantes invasiones. Había una clase media de artesanos, navegantes y comerciantes; una clase baja de campesinos, y finalmente, los esclavos.
¿Cómo era su organización política?
Gobernaba un soberano supremo llamado wánax, que habitaba en el palacio, apoyado por un consejo de ancianos = gérontes, llamado gerousía. Del wánax dependían los jefes locales, llamados basileús, y el lawagétas, jefe militar supremo.
La agricultura y la ganadería
La tierra era trabajada por los esclavos y los campesinos, que cultivaban trigo y cebada. Empezaban a hacerse famosos y muy solicitados los higos, que se usaban también como moneda de pago. El olivo y la vid eran otros recursos importantes de su economía. Criaban ovejas y cabras, de las que obtenían lana para sus ropas y leche para su alimentación.
Los artesanos
Eran muy habilidosos y habían desarrollado muchos oficios y artes. Había orfebres, que trabajaban el oro y el cobre, sastres, que fabricaban ropa nueva y arreglaban la vieja, alfareros, que fabricaban la mayoría de los utensilios que se usaban en las casas, panaderos, albañiles, constructores de barcos y carpinteros.
El comercio
Los arqueólogos han encontrado cerámica micénica en muchos lugares del mediterráneo y el Oriente, lo que da una idea del gran desarrollo del comercio de los micénicos. Las vasijas y la lana les servían para pagar los productos que ellos no producían. Los micénicos desarrollaron mucho el comercio y por lo tanto la navegación, fueron grandes navegantes y exploraron y ocuparon muchas ciudades del mediterráneo procurando obtener nuevos productos y vender los suyos.
Rutas comerciales micénicas
 La Guerra de Troya
La ciudad de Troya, en el norte de la actual Turquía, era una fuerte competidora comercial de Micenas y estaba ubicada en un punto clave de las rutas comerciales. Era el paso obligado hacia el Mar Negro, zona productora de trigo y compradora de los productos micénicos. Hacia el siglo XIII a. C., esta rivalidad comercial derivó en una cruenta guerra por el control de los mercados, que es explicada por Homero en la Ilíada (los micénicos llamaron Ilión a Troya) por motivos amorosos. Según Homero, Paris, el hijo del rey de Troya, raptó a Helena, la mujer más bella del mundo, esposa de Menelao, por quien éste había obtenido el reino de Esparta. Esto desencadenó la guerra entre griegos —comandados por Agamenón, hermano de Menelao y rey de Micenas— y troyanos. La guerra duró diez años y tuvo episodios fantásticos como el del caballo de Troya, un enorme animal de madera que apareció en la ciudad como un regalo de los dioses, pero en realidad contenía en su interior a los mejores guerreros griegos que bajaron de él y sorprendieron a los troyanos.
La religión
La religión en la época micénica era muy diferente a como la entendemos en la actualidad. Había una relación más cercana entre dioses y hombres, no tan mediada como en las instituciones monoteístas.  El rey rendía culto al dios protector de la ciudad. Los dioses principales habitaban en el monte Olimpo y eran descendientes de Cronos. Zeus, es el más poderoso, sus hermanos Poseidón, dios del mar y Hades, divinidad de las profundidades y los muertos; sus hermanas, Hestia, diosa del hogar, Deméter, diosa de la tierra cultivada y la fertilidad y Hera, hermana y esposa de Zeus, vela por los matrimonios. Los hijos de Zeus son numerosos: Apolo, dios de la adivinación, la música, la medicina y la poesía, Artemisa, diosa de la naturaleza salvaje, Afrodita, la diosa del amor, Atenea, diosa de la sabiduría, la guerra estratégica y el tejido, Hermes, el mensajero del Olimpo, dios de los viajeros y comerciantes, Ares, dios de la guerra violenta e irracional, Hefesto, el dios del fuego y Dioniso, dios del vino, la reproducción y el delirio místico.
El final de Micenas
Hacia el 1150 los dorios, guerreros indoeuropeos, invadieron y saquearon las ciudades micénicas imponiendo su cultura y desarrollando nuevas formas políticas.

Fuente:  http://www.elhistoriador.com.ar/aula/antigua/cultura_micenica.php

La civilización de Creta

Mapa de la Isla de Creta 


En la fértil isla de Creta, ubicada en el centro de las rutas marítimas entre Asia, África y Europa Oriental, surgió hacia el año 2.000 antes de Cristo la primera gran civilización de Europa.
Organización política
El palacio era la sede de todas las actividades de Creta, la residencia del rey y el centro religioso, ritual y comercial. La leyenda cuenta que el rey Minos de la ciudad de Cnossos dominó toda la isla y creó la civilización "minoica". El rey era a la vez el sumo sacerdote. Los nobles asistían al rey, vivían en los alrededores del palacio y practicaban deportes como el boxeo y la tauromaquia (algo parecido a las corridas de toros).
El comercio
Los cretenses fueron grandes comerciantes. Intercambiaban sus coloridos tejidos y sus utensilios de bronce por madera y lino, con Siria, Egipto, Chipre y el resto de Grecia, donde fueron imponiendo la moda cretense, tanto en las ropas como en las costumbres.
La escritura
Seguramente como una necesidad de organizar su intenso comercio, los cretenses desarrollaron la escritura. Escribían en tablitas de arcilla y en un principio esta escritura fue llamada jeroglífica por el parecido con la egipcia. Con el tiempo se volvió más simple y lineal, pero la mayoría de estas tablitas todavía hoy no han podido ser descifradas.
La arquitectura
Los habitantes de Creta construyeron monumentales palacios de varios pisos,  artísticamente pintados y decorados con frescos en las paredes que reflejan escenas de la vida cotidiana. En la ciudad de Cnossos, que por aquel entonces llegó a tener miles de habitantes, se construyó el más grande de los palacios. Las habitaciones reales estaban en el primer piso junto a la sala del trono, las inmensas bodegas y los talleres de los artesanos. Todo el edificio tenía un excelente sistema de distribución de agua. Estos palacios no tenían fortificaciones, lo que sugiere que fueron construidos en épocas de paz. Por otra parte contaban con las defensas topográficas naturales que ofrecía la posición insular.
La talasocracia
A partir del reinado de Minos (año 2.000 antes de Cristo), los monarcas de Creta fomentaron la navegación y construyeron una poderosa flota con la que dominaron las rutas comerciales. Se dice que el propio Minos dirigió muchas expediciones militares ocupando distintas regiones de Grecia, entre ellas la zona de Atenas, sometiendo a su población y obligándola a pagar tributos. A este dominio lo llamaron los griegos la talasocracia (el gobierno del mar: Thálassa = mar, Cracia = gobierno).
Mitos y leyendas
Minos, tenía dos hermanos, Sarpedón y Radamantis, que se rehusaban a aceptar que aquél se quedara con todo el poder a la muerte del rey Asterión, el padre de los tres. Pero Minos se quedó pese a todo con el poder y les dijo a sus hermanos que ésa era la voluntad de los dioses y para probarlo les aseguró que le darían lo que él pidiera. Le rogó a Poseidón, dios del mar, que hiciese salir un toro del océano y le prometió sacrificarlo en su honor. Poseidón cumplió y el toro salió del agua. Minos fue entonces rey indiscutido de toda Creta pero no quiso sacrificar al toro por considerarlo extraordinario. Cuenta la leyenda que su esposa, Pasifae (la que brilla para todos) se enamoró del extraño animal y concibió al minotauro, un hombre con cabeza de toro. Minos, avergonzado mandó construir un enorme laberinto en el palacio de Cnossos, donde encerró al Minotauro. Cada año sacrificaba a 14 jóvenes atenienses que eran devorados por el monstruo. Hasta que un día el joven Teseo se integró voluntariamente al grupo y gracias a la ayuda de Ariadna, consiguió matar al animal y encontrar la salida del laberinto.
Más datos
Los frescos del palacio de Cnossos muestran a los cretenses practicando sus deportes preferidos: el boxeo y la tauromaquia. Hacia el 1450 antes de Cristo la isla fue invadida por los griegos que introdujeron sus costumbres y modificaron notablemente la sociedad cretense. Pero hacia el 1400 a. C. algo muy extraño pasó en Creta. Nadie se explica hasta hoy si fue una rebelión contra los invasores o un gran terremoto lo que arrasó la ciudad de Cnossos y con ella los últimos vestigios de la civilización cretense.

Fuente:  http://www.elhistoriador.com.ar/aula/antigua/creta.php

Historia de la Grecia antigua. Documental.